No hay mal que por bien no venga, podríamos decir, aunque nos suba el precio del trayecto. Pero teniendo en cuenta que las experiencias no se pueden cuantificar con números, todavía, nos quedamos con la sensación única de disfrutar de la torre más mítica del mundo junto con la de Londres: la torre de Pisa. Ryaniar ha suprimido el trayecto Malta Valencia, ese vuelo directo que te facilita la vida cuando vives a caballo entre dos países, y desde luego no lo ha hecho por falta de pasajeros (iba siempre lleno) sino de acuerdos, suponemos, entre uno de ambos destinos como ha ocurrido también con Sevilla. El tiempo es oro y no vamos a perderlo investigando pormenores sobre todo cuando pensamos que Vueling recogía el testigo y una vez puesta la miel en los labios… nos quitó el tarro: ponía vuelos a Valencia y a Sevilla pero con parada, con lo que ya no cuenta, claro.
Yo me vine la primera vía Madrid y luego con el AVE a Valencia, vamos, desde las seis de la mañana a las 4 de la tarde que llegué, largo el trayecto, pero el resto de la familia que se incorporó diez días después optó por esa máxima de Cuatroabordo cuando viaja en coche de no perderse el camino pensando en el destino 😉 y como la escueta combinación no cuajaba, optar por poner un pie en Pisa. He de reconocer que pese a ser yo la promotora de la iniciativa me dio una envidia del tres no sumarme…porque una que ha viajado bastante por la genuina Italia todavía no ha pisado Pisa.
El inconveniente es que había que hacer noche, la ventaja que el aeropuerto está solo a 2 km del centro histórico y que cuentas con toda una mañana para darte un garbeo por la ciudad de la Toscana y tomarle un poco el pulso para próximas incursiones. Animada y quizá demasiado turística, la ciudad es como una bombonera en la que perderte y viajar a través de aquel tiempo de esplendor. Además de la torre, la piazza del Miracoli, patrimonio de la Humanidad, y las calles principales, nos quedamos con dos cosas: tiempo para disfrutar padre e hijas y el trío inigualable que regala Italia a la gastronomía favorita de los niños: gelato, pasta y pizza.
Un viaje que queda pendiente por mi parte con extensión a Florencia. Porque la Toscana bien vale una parada… y fonda 😉
Pues qué pena no haberme enterado antes de esta opción tan sugerente. Mi último viaje a Malta fue una infierno de horas de espera en el aeropuerto de Frankfurt sin opción a poder salir . Gracias por la idea, quizás la pueda aprovechar en cualquier destino!!