Agosto sabe a pueblo. Al menos en España donde se celebra sin duda alguna el mes más festivo del año. Y es que no hay municipio a la redonda de allá dónde nos encontremos que no se ponga de tiros largos y al ecuador del mes, día arriba día abajo de la Virgen de Agosto, se vista de fiesta. ¿Las mejores?. TODAS. Porque además de diversión llevan aparejados recuerdos y todos los ingredientes para que cada quien las más cercanas las encuentre únicas. El que ha tenido la inmensa suerte de disfrutar de sus veranos en un pueblo sabe lo rico que es en vivencias y también, que conforme pasen los años, se convertirá en el refugio al que siempre se deseará volver. Porque un pueblo en agosto en España es infancia, jarana, verbena, familia, amigos, tertulia, aperitivo, tradición, noches y madrugadas, recuerdos, días al sol, música, montaña o playa, piscina y río, risas, y sobre todo, el tiempo, por fin, detenido, plácido…
La música y la pólvora suelen sentarse en la primera fila junto a todo tipo de concursos, la gastronomía típica, desfiles, pasacalles y el folclore. Todo ello sin olvidar su lado religioso con las tradiciones perpetuadas generación tras generación.
La mayoría son pequeños pueblos que durante el verano ven transformada su rutina mientras que quiénes allí pasan unos días regresan a esa placentera rutina veraniega. El reencuentro con los amigos, las cenas a la luz de la luna, ponernos al día y recordar otros veranos, mientras para los niños y las niñas, libres por fin, la aventura está servida. Las calles se engalanan, los balcones se visten de color y las noches con las luces compiten con esos cielos únicos plagados de estrellas tan propios de los pequeños muncipios fuera de la órbita de las grandes urbes.
Teatro, conciertos, cucañas, play-backs, gymcanas, competiciones, rutas por senderos naturales, mercados…La fiesta en la calle y los más pequeños los que la viven con más intensidad.
Seguro que has ido con tu familia a más de un lugar así, e incluso quizás las vivas todos los agostos de tu vida, pero si no es el caso, no te lo pienses y anímate porque son para disfrutarlas en familia y recordar los buenos ratos a lo largo de todo el año. Quién no tenga pueblo en el horizonte es el momento de pedir uno prestado…porque sus hijos un día se lo agradecerán.
Los Cuatroabordo siempre nos escapamos unos días a un pueblo de esta España en fiestas que tan bien nos sienta. De no ser así, el verano no sería verano…
¡A disfrutarlas! 😉
Deseando siempre agosto y cuando estoy triste o enfadada es mi refugio pensar en agosto y en lo bien que me lo paso siempre con mis amigas y la familia. Y si no tienes
pueblo estoy con cuatroabordo, busca uno para tus hijos, te lo agradecerán.