Cuenca y Toledo dividen a Cuatroabordo

El verano todavía no asoma la patita en cuanto a temperatura, pero si lo hace respecto a ese momentazo de tejer los planes con los que disfrutarlo. Y eso me recuerda que conforme mis hijas crecen más que planificar lo de las vacaciones, a estas alturas y edades se trata de rizar el rizo del calendario. Y así lo hablábamos el otro día mis amigas las luneras (comemos juntas un lunes al mes) y la que suscribe estas líneas.

El caso es que el verano pasado ya fue un anticipo de lo que tarde o temprano acaba acaeciendo, y tras el crucero por el Mediterráneo que hicimos en súper familia, Cuenca y Toledo ejemplifican la crónica de una nueva etapa anunciada. Dos escapadas de día, ventajas de vivir en Madrid siempre que  podemos con un pie en Valencia, a las que acudimos tres a bordo y cada vez acompañados por una de las cuatroabordo junior. Nosotros ya habíamos estado pero ellas no, quizá por aquello de dilatar los placeres más cercanos. Y ambas se convirtieron en un delicioso aperitivo para regresar algún día los cuatro.

Las Casas Colgadas, icono de Cuenca, tan especiales como la ciudad

Las dos Patrimonio de la Humanidad, divinas para callejear, con dos Catedrales impresionantes, agotadoras de tanto subir y subir y con una gastronomía de aquí te espero. Por no hablar de la rejería conquense y el damasquinado toledano.

La Catedral de Cuenca y sus vitrales

La primera incursión de tres a bordo veraniega fue Cuenca. La peque estaba de campamento así que se vino la mayor con nosotros. Y para ser sinceros nos volvió a enamorar. El Arco de Bezudo, su ayuntamiento barroco, la plaza mayor, la Catedral de Santa María y San Julián, las casas señoriales exhibiendo escudos y balcones, iglesias, una exposición de arte moderno, antiguas murallas, y una animadísima Plaza Mayor nos alegraron el día. Y qué decir del ya icono que más la define: las Casas Colgadas en la fachada de la hoz del Júcar.

En cuanto a la segunda, Toledo, en esta ocasión nos acompañó la pequeña porque la mayor estaba en Cantabria con una amiga. La Puerta de la Bisagra, el Alcázar, trazados tan bien conservados que te transportan a la Edad Media, la Catedral de Santa María, la ciudad de la tres culturas con sus iglesias, sinagoga y mezquita, para terminar en una bulliciosa feria del libro con motivo del festival de poesía Voix Vives en la majestuosa plaza de Zocodover y el eco del Tajo que lo rodea todo.

La monumental Catedral de Toledo

LA MARGARITA DEL VERANO

Y aquí estamos deshojando la margarita del verano para el que me temo que en esta ocasión nos va a tocar hacer encaje de bolillos para aunar voluntades y disponibilidades. Sabiendo que cada vez más cada viaje es un regalo para compartir y exprimir al máximo y que cuando nos descuidemos se lanzarán a seguir viendo mundo por su cuenta, es ley de vida. Eso no quiere decir que no deseen viajar con nosotros porque les encanta, aunque sí que cada vez costará más llegar al acuerdo porque más que el destino lo que se complica conforme crecen es encontrar la fecha que nos cuadre a todos. Sobre todo si añades competiciones deportivas, exámenes y nuevos planes con gente de su edad en el horizonte.

La suerte es, después de tantos años, poder validar feliz mi hipótesis que apuesta porque la familia que viaja unida siempre querrá hacerlo (acabamos de regresar de Soria con perro incluido) pero también y por más motivos que cuanto antes empecemos, mejor que mejor. Os animo a que sigáis viajando con la tribu desde bebés que es cuando los destinos y sobre todo los tiempos de los caminos sigues marcándolos tú.

Feliz viaje 😉

Marina IZQUIERDO

Callejeando por Cuenca

En Toledo de callejeo

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s