La vuelta al cole es el viaje más largo al que nos encomendamos cada año, pues dura nada menos que cerca de 200 días desplegados a lo largo de diez meses. A veces cambia el destino y otras no, aunque lo que sí seguro que cambia es el camarote-habitación-cabina en cada curso. También los compañeros de viaje. Los de siempre, los nuevos, los amigos, los «enemigos»… Y los guías, esos profesores que los acompañarán a lo largo de toda la travesía. ¿El equipaje? De papel, digital… Y en lugar de maleta, mochila…
Van andando, en coche, en autobús y hasta en moto. Pero la mayoría regresa a casa a dormir. Un viaje intermitente al que vale la pena que prestemos toda la atención que se merece pues es sin duda el que más les marca.
Y ya que estamos en ruta, y con los Niños a…
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crisbrues 05/09/2016 en 20:46 · Editar · Responder →
Desde luego que sí, hay que disfrutar de ellos cuando aún tienen ganas de compartir sus historias contigo. cuando llega la adolescencia ya no te cuentan nada o casi nada.” Cuanto menos sepan los padres mejor para ellos”; así no les damos la paliza recriminándoles y/ corrigiéndoles lo que nos parece mal.
marinaizqdo 08/09/2016 en 9:55 · Editar · Responder →
Cierto, Cristina, se nos pasan los mejores años tan rápidos que no nos damos cuenta. Por eso vale la pena detenerse en medio del caos, aunque sea por un momento y disfrutar de estos días únicos. ¡Crecen tan rápido! Un abrazo