Rampas, toboganes, escaleras, cuerdas…una aventura para niños y no tan niños es lo que se vive cuando uno se acerca al Parque Gulliver en los Jardines del Turia de Valencia. Y así fue cuando Cuatro a bordo en uno de estos días festivos lo visitó para disfrute de las niñas, pero también de los padres convertidos en niños por un rato. Porque esta atracción invita a eso, a disfrutarla en familia.

Hacía tanto tiempo que no íbamos que mi pequeña sintió como si fuera la primera vez que estaba allí, y la mayor, feliz de regresar. A veces lo más especial está mucho más cerca de lo que nos empeñamos en buscar lejos… También es cierto que ya no vivimos en Valencia aunque sí que vamos con mucha frecuencia, demasiada como para dejar pasar tanto tiempo en volver a deslizarnos por el entrañable Gulliver. ¡Sobre todo ahora que lo han dejado otra vez como nuevo!

Porque Gulliver es fantástico y una oportunidad para invitar a nuestros hijos a sentirse como liliputienses y contarles que esta representación corresponde al inicio de sus aventuras cuando tras un naufragio llega al país de Lilliput, de la mano y pluma de Jonathan Swift. Un buen principio para leer el libro. Aunque también podemos hacerlo al revés: leer el libro y decirles que van a comprobar cómo era de gigante Gulliver respecto a los liliputienses.

Completamos la tarde con el alquiler de una bici para cuatro con la que nos fuimos hasta el inicio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias en un paseo estupendo. Y es que el marco es único, nada menos que el “Central Park” valenciano, un parque de 9 kilómetros de extensión, el Jardín del Turia, pulmón de la ciudad y fuente de diversión y ocio para disfrutar en familia.

¡Ah! y encima la visita al parque Gulliver es gratis. Así que si vives en Valencia regresa algún día porque siempre vale la pena, y si no, no te lo pierdas si visitas Valencia en familia. Y en todo caso recuerda que muchas veces el paraíso, como escribía Vargas Llosa, está a la vuelta de la esquina.