Son ocho, antiguas, excelentes y con campus de película. Se las conoce como las Universidades de la Ivy Leage y cuando vivimos en Nueva York, recorrimos seis de ellas: Harvard, Yale, Columbia, Pensilvania, Princeton y Brown. Mi hija mayor todavía se acuerda, sobre todo de Columbia, por aquello de haber sido como suelen atribuir los niños a nuestros trabajos, la “Universidad de mamá”.
Visitarlas fue emocionante porque son historia, porque la calidad y el prestigio rubrican sus nombres, porque son universidades de universidades, referentes mundiales. Y además, monumentales, con lo que cautivar a los pequeños es todavía más fácil presentándoles la Universidad como ese cole de mayores para prepararse en la vida adulta.
Trabajar como profesora en la Universidad de Columbia fue una experiencia única y en más de una ocasión la visitamos en familia. En el norte de Manhattan, Columbia recala entre la calle 116 y Broadway, en Morningside Heights, al oeste de la isla y lindando con el Harlem. Sus avenidas, su espectacular biblioteca, su ambiente de sueños y futuro impregna todo el barrio en el corazón de Nueva York, la ciudad que nunca duerme de tanto soñar.
BOSTON Y FILADEFIA
A la Universidad de Harvard fuimos en nuestra escapada a Boston, la que está considerada como una de las ciudades más cultas de Estados Unidos, y a Universidad de Yale, más cerca casa, con una amiga profesora que impartía allí una conferencia sobre literatura en español. Las dos compiten en monumentalidad, siendo la de Harvard la más antigua de todas. Pasear además por sus aledaños es una delicia y te das cuenta de la influencia de ambas en el cotidiano devenir de las ciudades de las que forman parte, Cambridge y New Haven respectivamente.
A la de Pensilvania llegamos con motivo de nuestro viaje a Filadelfia, la casa de la Liberty Bell que fue capital de Estados Unidos hasta que se hizo Washington a su imagen y semejanza. Mientras que a la Universidad de Princeton, excursión por cercanía que para eso está en New Jersey. Y es que eso tiene Manhattan, es una isla que no te terminas pero que siempre invita a través de sus puentes a recorrer sus barrios y ciudades vecinas. En cuanto a Brown, aprovechado nuestro viajecito al estado más pequeño de los 50 en los que se divide Estados Unidos, una de las 13 primeras colonias que declararon la independencia a la Gran Bretaña: hablamos de Rhode Island.
Momentos especiales estas incursiones a lugares de culto devenidos de los viajes y excursiones “cuatro a bordo” cuando en muchos de ellos todavía éramos tres. Mi hija pequeña era un bebé pero la mayor, todavía peque, aún recuerda cuanto menos la sensación infantil de mirar con ojos de fascinación un sitio que saben por como luce y por cómo se lo contamos que es pasado y futuro. Como nos sucedió hace poco con Bolonia, más mayores y más conscientes, y la trascendencia de transitar por la Universidad más antigua del mundo.

El patrimonio cultural es uno de los alicientes de viajar pero también de soñar, de volar a otro tiempo con la imaginación
OXFORD Y CAMBRIDGE
A mí me ocurrió en Inglaterra con mi viajecito en tiempos universitarios a Oxford y Cambridge, un recuerdo y una sensación de respirar historia y saber, que siempre me ha acompañado. El patrimonio cultural mundial es uno de los alicientes de viajar pero también de soñar, de transportarte con la imaginación a las aulas de intelectuales que en su día fueron malabares de las letras.
Ambas están en la agenda de planes en familia a futuro para la próxima vez que vayamos de nuevo a Reino Unido y a la que sumaremos por deseos de la pequeña Cuatro a bordo los lugares donde se rodó la saga de Harry Potter, y que cuenta también con Oxford como plató de excelencia. Mientras escribo este artículo se pasea por aquí, ya están de vacaciones, y me dice con sus nueve años llenos de proyectos: “Por cierto mamá, yo quiero estudiar en Oxford” 😉
Marina IZQUIERDO
Caray que interesante !!. Creo que tenemos un estereotipo de universidad americana un poco negativo . Si es que el cine de adolescentes ha hecho mucho daño, menuda.imagen que nos han dado de los campus universitarios americanos ….
El cine marca los clichés a fuego… pero sin duda estos campus son visita obligada si viajamos a Estados Unidos. Y si además lo hacemos con niños, pueden soñar que algún día estudiarán allí. Los sueños mueven montañas 😉