Aprender viajando es una de las máximas de Cuatro a bordo y los museos una forma divertida de seguir creciendo

A los Cuatro a bordo nos encantan los museos y siempre que viajamos es visita obligada. Intentamos que se trate de un museo en el que todos los miembros de la familia podamos disfrutar, un museo destacado para el turismo familiar.

Al hilo de la semana de los museos que tanto protagonismo está teniendo en las redes sociales, les he preguntado a mis hijas que me dijeran sus museos favoritos. Y así, a bote pronto, que es como recordar con el corazón (y con la cercanía de los últimos viajes) y estos son los cuatros primeros que han destacado.

Museo de Ciencias Príncipe Felipe. El museo en el que está prohibido no tocar es para nosotros ya un clásico. Parte de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el impresionante espacio diseñado por Santiago Calatrava, es un lugar que nos gusta visitar cada verano que regresamos a Valencia. Junto a las colecciones permanentes, las exposiciones temporales invitan a descubrir, manipular, aprender…En la planta principal se desarrollan además talleres muy interesantes (televisión, electricidad, ciencia…) a los que se puede ir independientemente de la visita al museo.

El museo de Ciencias de Valencia es ya un clásico que visitamos cada año

Museo Louvre.  El de la Mona Lisa y el de las audioguías Nintendo 3DS, me decían mis hijas. Fuimos el verano pasado cuando nos escapamos a París y lo tienen reciente. Lo de la audioguía en versión juego lo miramos por internet antes y ya era una motivación añadida antes del viaje. Lo mejor es hacer uso del top 10 para no volverte loco, como hicimos en el British Museum. Y luego están las querencias particulares como las de mi hija la pequeña con todas las salas dedicadas el antiguo Egipto.

Lo de la Victoria de Samotracia es una de esas pasiones que disfrutas el doble cuando la compartes

 Museo Fram. Por fuera ni te imaginas lo que te vas a encontrar, la nave de los exploradores Nansen, Sverdrup y Amundsen que se aventuraron a llegar al Polo Norte y al Polo Sur. Puedes entrar en el barco y recorrerlo de arriba abajo, camarotes incluidos, lo que se convierte en una experiencia única. El  museo se ubica en la conocida como la isla de los Museos de la capital noruega, Oslo,  y además toda una serie de información y actividades sobre la historia de las expediciones polares, puedes incluso descubrir el frío polar en la sala de simulación que hay para tal fin. Instructivo y muy divertido en el que el aprendizaje se sirve de la mano de la aventura.

Recorrer el Fram desde al cubierta hasta los camarotes te transporta al tiempo de los grandes exploradores

Deutsches Museum. Uno de los museos de Ciencias y Tecnología más grande del mundo. Naves, aviación, ferrocarriles, submarinos, física, química, astronomía, la simulación de una mina o incluso una reproducción de las Cuevas de Altamira. Todo es posible en el museo más visitado de Alemania, una aventura en el que vale la pena tomárselo con calma. Como ocurre con los todos los gigantes museísticos, y el Munich lo es, vale la pena disfrutar de lo que se ve en lugar de sufrir por lo no que se ha podido visitar. Lo que supone, además, una buena excusa para regresar.

El museo de Ciencias alemán es uno de los más grandes del mundo

Seguiremos hablando de los museos en otros artículos, los más recomendables, originales, completos e incluso aquellos que pese a que las pequeñas de Cuatro a bordo no recuerdan como los más recientes, los adultos de la familia podemos dar fe de cuánto los disfrutaron en su momento.

¿Y el vuestro?, ¿cuál es vuestro museo favorito para disfrutar en familia?