
Junto al Archivo de Indias y la Catedral, hotel céntrico para exprimir la escapada
La lluvia en Sevilla no es una maravilla, al menos para las escapadas cortas como fue la nuestra, aunque por suerte el tiempo fue arreglándose y hasta tuvimos sol. Pero lo que sí que es una maravilla es callejear por Sevilla. No la recordaba tan bonita, ni tan alegre, ni tan amable. La tenía desdibujada en los muchos años y regresar ha sido un regalo para los sentidos. Pura marca Emoción que te invita a contar los días para seguir recorriendo sus arterias de alegría y arte. En esta ocasión Sevilla ha sido el plató de un fin de semana de amigas a bordo, escapadas que tanto nos gustan y que hacen del destino un plan de risoterapia de los buenos, ¿verdad? Todo intenso, todo vivido al máximo, todo relativizado, todo con la complicidad y las risas como guía principal para recordar y alimentar el recuerdo. Una escapada con algunas ideas pero de las de déjate llevar, una vivencia que las madres prescriptoras además, recomendamos. Y como no hay dos sin tres, yo he ido tomando nota para la siguiente con mis cuatroabordo: experiencias que repetiré y otras que pasé rozando para guardármelas y disfrutarlas juntos por primera vez.
PLAZA ESPAÑA
Italia en Sevilla. El país que más me recordaba a cada paso dado. Empezando por la Plaza de España, esa Venecia española repleta de azulejos. Reservamos un hotel céntrico porque las ocho amigas teníamos claro que el tiempo es breve y cuanto menos perdamos en desplazarnos, mejor que mejor. Algo que también ocurre especialmente con las escapadas turismo familiar. Así que, tras pasear por los Jardines de Murillo, nos fuimos a probar la gastronomía sevillana, otro de los fuertes de cualquier viaje de amigas que se precie, en Modesto, recomendación de un taxista que nos llenó la agenda de sitios ricos y auténticos, y que cumplió con creces nuestras expectativas.

Los Jardines de Murillo de camino a tapear a Modesto.
En Plaza de España, junto a los jardines de María Luisa que otro día recorreríamos con coche de caballos, cogimos dos botes y ahí fue donde comenzó la risoterapia. Divertido es poco. Entre la poca pericia y la tarde caída, aquello parecía una pista improvisada de choque. Luego aún tuvimos fuerzas de buscar nuestra provincia y hacernos la foto de rigor. Uno de los planes que repetiré sin duda con la tribu y que recomiendo a todos.

La Plaza de España, plato fuerte del turismo familiar en Sevilla.
IMAGINERÍA
Callejear por el barrio de Santa Cruz es una delicia, pero cruzar por el puente de Triana para llegar allí no lo es menos. La imaginería en Sevilla es apabullante, y antes de la cena a la otra orilla del Guadalquivir, recorrimos las pequeñas iglesias abiertas a la noche que te descubren como los sevillanos incorporan a su día a día la tradición con el ocio, y siempre es lugar de paso. Las vírgenes, bellísimas, y sus réplicas presidiendo pubs y restaurantes.

La arte de la imaginería en Sevilla a cada paso.
Tapeo en las Paloma, las Golondrinas, la Judería, el mercado del Barranco, aperitivo en la plaza de la Alfalfa, flamenco, sevillanas, la Anselma llena, Lo Nuestro en la calle del Betis que divide y une a las dos Sevillas con el Guadalquivir como testigo de una estampa única. La Casa de Pilatos, el bus turístico, La Macarena, una copa a los pies de la Catedral, cantar bajo la lluvia, el coche de caballos, la Iglesia del Salvador, la Giralda…

Desde la Calle Betis, la Giralda y la Torrre del Oro asomándose al Guadalquivir
ARTE, ALMA Y DUENDE
Con toda su monumentalidad a cuestas, ese crisol de culturas desde los tartesos hasta nuestros días, confluencia de retos y rutas, la Hispalis de los romanos e Isbiliya de los musulmanes, no sería lo mismo sin su gente. Porque es increíble la jarana que se respira en esta tierra. Y siempre con una sonrisa, que cuando viajas, se agradece el doble.

Si hace sol, divina, y si no, que qué fresca. Positivos y más con la Feria de Abril.
Nos dejamos los Alcáceres que recorreré con mis Cuatroabordo. Eso es lo bueno de viajar con la idea de regresar otra vez. Mirar con sus ojos lo que ya has visto y descubrir lo que no juntos. Y es que Sevilla es una escapada maravilla y ahora con la Feria de Abril, también pasada por agua, un alegato a los sentidos. Y si no hace sol, dicen que no importa, qué bueno es el fresco. Es una aptitud ante la vida.
Cuánto arte. Cuánta alma. Cuánto duende.
Marina IZQUIERDO

Un brindis por la amistad, el arte, y la alegría que nos regala cada viaje compartido 😉
Sevilla es una de mis ciudades españolas favoritas. Su gente, su alegría, su arte, ese barrio de Triana, sus tapas y su fino…. Me encanta, y si es en buena compañía, la combinación es perfecta.
La verdad es que es un regalo de ciudad. Y cierto, disfutarla en compañía añade enteros. Sevilla es para vivirla y compartirla 😉
Pues yo también creo que Sevilla siempre es un planazo y si nos organizamos bien, no resulta excesivamente caro. Personalmente, si es la primera vez que se visita, recomiendo ir fuera de época de Feria y Semana Santa, hay menos agobios y se puede callejear mejor.
Estoy de acuerdo Melanie, si es la primera vez fuera de citas masivas. A esas hay que ir cuando ya se ha recorrido antes la ciudad verso a verso. Un planazo Sevilla 😉